Como cada 17 de mayo, se celebra el Día Mundial de la Hipertensión Arterial, el que quizás sea el factor de riesgo cardiovascular más prevalente a nivel internacional, ya que se estima que afecta a casi un tercio de la población mundial.

En España, su prevalencia está en torno a un 42% de la población adulta, siendo alta su tasa de infradiagnóstico, de acuerdo con las cifras facilitadas en 2016 por el estudio Di@bet.es

Por eso, en una jornada como la de hoy, se pone de especial relieve la necesidad de tomar conciencia sobre la importancia de mantener un estilo de vida saludable que incida en una presión arterial correcta. La prevención siempre es lo primero. También en el interés de medir la presión arterial al menos una vez al año.

La idea de inculcar un estilo de vida saludable es algo que siempre me ha preocupado y de ello he intentado dar buena cuenta en alguno de mis posts. Hoy, consciente de los peligros que conlleva padecer hipertensión arterial, me centraré en esta patología, que tiene entre sus principales consecuencias ataques al corazón, insuficiencia cardiaca y renal, y accidentes cerebrovasculares, entre otros.

Grasa abdominal, la más peligrosa

Sabemos que aproximadamente el 80% de los accidentes cerebrovasculares y los infartos de miocardio prematuros son prevenibles. Para ello, es necesario evitar factores de riesgo como el consumo de tabaco y alcohol, la inactividad física y, sobre todo, el exceso de sal en las comidas y el sobrepeso y la obesidad, principales motivos para tener una tensión arterial alta.

A nivel nacional, el Estudio Nutricional de la Población Española (ENPE) estima que la obesidad afecta al 21,6% de la población de entre 25 y 64 años, y el sobrepeso a un 39,9%, siendo por sexos más alto este porcentaje en hombres que en mujeres. Unas cifras muy elevadas, más aún si tenemos en cuenta las graves consecuencias que el exceso de peso tiene sobre la salud, sobre todo, si hablamos de esa grasa que se acumula en el abdomen, uno de los factores más relevantes para padecer hipertensión arterial y enfermedad cardiovascular. Además, esta grasa aumenta también el riesgo de desarrollar diabetes y gota.

De aquí la importancia de llevar una dieta saludable rica en frutas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales, y minimizar la ingesta de grasas trans y carnes rojas y procesadas en beneficio de los pescados y las carnes magras.

Balón elipse

No siempre aquellos que padecen obesidad pueden solucionar su problema con dietas y ejercicios, y necesitan de una ayuda extra. Lo que sea con tal de recuperar el normopeso, sobre todo, por motivos de salud, como hemos visto.

En estos casos, los profesionales tenemos herramientas que les pueden ayudar. La última y más interesante es el Balón Elipse. Se trata de un balón intragástrico que se coloca sin necesidad de procedimientos invasivos: sin anestesia, ni laparoscopia, ni quirófano. El procedimiento tan solo requiere de 15 minutos.
El dispositivo tiene la forma de una pequeña cápsula que se ingiere por la boca y, una vez en el estómago, se llena a través de un tubo con hasta 550 ml. de líquido. Pasados cuatro meses, y una vez ha cumplido con su función terapéutica, se desinfla y su contenido se vacía expulsándose a través de las heces.

Obesidad mórbida

Diferente es el caso de los pacientes que padecen de obesidad mórbida, cuando hay un sobrepeso por encima del 175% del peso ideal, es decir, un sobrepeso de unos 40 Kg.

En este supuesto, en el que la hipertensión llega a ser el proceso más frecuente de morbilidad – el ictus cerebral y la diabetes son con frecuencia responsables de la muerte del obeso– la solución pasa en muchos casos por la cirugía bariátrica.

Pero ¿cuándo está indicada? Cuando existe obesidad mórbida mantenida durante un mínimo de cinco años y se haya producida el fracaso del tratamiento conservador.

Es entonces cuando hablamos de técnicas que reduzcan el tamaño del estómago o limiten su capacidad, que provoquen una malabsorción de los alimentos o que combinen ambos procedimientos, como sucede en el bypass gástrico.

Para todo esto, el paciente debe de ponerse en manos de un experto porque debemos estudiar cada caso con detalle para asegurar que la decisión tomada sea la más efectiva.

Todas estas soluciones no eximen al paciente de mantener una dieta saludable y practicar ejercicio físico, dos medidas que señalamos como imprescindibles en la preservación de la salud.