10 mitos sobre el mal aliento
1. Mi enjuague bucal no debe estar funcionando
La mayoría de las personas con halitosis o mal aliento, deposita su ‘fe’ en que el problema puede resolverse con la reiterada higiene bucal, fundamentalmente a base del uso de colutorios, conocidos también como enjuagues bucales. Sin embargo, la razón de que no actúen como se espera es que no solventan el problema, tan solo son ‘una tapadera’ transitoria y poco eficaz.
2. No hay cura para la halitosis.
Esto es absolutamente falso. Varios estudios indican una tasa de éxito del 90% en su curación. La terapia más eficiente depende del origen del problema. En caso de un origen periodontal, un tratamiento correcto (que incluya la limpieza de la lengua) proporciona resultados excelentes, mientras que si el olor se debe a otras causas, infecciones de garganta, rinitis, sinusitis, problemas gastrointestinales, metabólicos, de respiración, renales u hormonales, la clave está en tratar la causa adecuada.
3. El mal aliento es producto de un problema en el aparato digestivo.
Solamente en casos extremadamente y muy poco frecuentes puede ser la razón, pero lo cierto es que la halitosis se debe en un 85% de los casos a un problema bucodental y, como hemos explicado anteriormente, a otro tipo de patologías. De hecho, las infecciones de estómago por la bacteria ‘Helicobacter pylori’ pueden causar úlceras pépticas, pero no existe correlación entre éstas y la halitosis
4. La halitosis proviene de los pulmones.
Sólo en raras ocasiones y se trata de una manifestación grave de la enfermedad.
5. Es un problema hereditario.
Nada más lejos de la realidad. Ciertas condiciones, que pueden contribuir a una condición de mal aliento pueden ser hereditarias, pero no hay un ‘gen de la halitosis’ que se transmita a los descendientes.
6. Cepillarse los dientes más a menudo de lo recomendado lo puede evitar.
Tampoco es cierto. El cepillado excesivo puede producir sequedad bucal, aumentando así el problema con el que estamos tratando de lidiar. También puede dañar los dientes y las encías con el tiempo. Es muy difícil eliminar el olor específico causado por bacterias con el cepillado y el uso del hilo dental.
7. La halitosis está causada por la ingesta de ciertos alimentos.
La cebolla, el ajo o la coliflor, entre otros alimentos, pueden inducir ciertos olores, pero éstos son sólo transitorios y pueden eliminarse fácilmente evitando ese alimento en particular, pero no causan mal aliento crónico.
8. Puedo oler mi propio aliento.
Mucha gente así lo cree, pero, desafortunadamente, no podemos decir si nuestro aliento huele porque nos acostumbramos a nuestros propios olores. Por ese motivo, algunos pacientes se obsesionan sin motivo y, en otros, el problema pasa desapercibido. La mejor forma de saber a qué atenerse es consultar con una persona de confianza.
9. Los probióticos pueden ayudar a eliminar el problema.
No hay evidencia científica para apoyar dicha aseveración. El uso y los beneficios de los probióticos para tratar una condición de mal aliento son muy exageradas, pese a las últimas informaciones que hacen referencia a ellos.
10. Tengo mal aliento y nadie me ayuda.
Si se consulta con especialistas y reconocen que el problema no existe, tal vez la razón de la obsesión esté en la Halitofobia, el miedo excesivo a la halitosis. Entre el 0,5 y el 1% de la población adulta la padece sin razón física u órganica justificadas.