Cirugía de la tiroides, cada vez menos invasiva
Seguramente buena parte de la población desconozca qué es el cáncer de tiroides, pese a su continuo aumento. De hecho, los especialistas involucrados en su tratamiento instamos a los pacientes a ser más cautos con los nódulos de tiroides, un trastorno común que es responsable de un pequeño pero creciente número de casos de cáncer de tiroides.
La tiroides es una glándula con forma de mariposa que se encuentra en la parte inferior del cuello, por delante de la tráquea. Se extiende por arriba del hueco supraesternal hasta la parte inferior de la laringe. Esta glándula se encarga de producir las hormonas tiroideas que regulan el metabolismo y la función de diferentes órganos, como por ejemplo la frecuencia cardiaca, el nivel de colesterol, el peso corporal, el nivel de energía, la fuerza muscular, las condiciones de la piel, la regularidad menstrual, la memoria y muchas otras funciones.
Sólo en EEUU, los nódulos tiroideos afectan a casi 13 millones y son el resultado de un crecimiento anormal de células en la glándula. La incidencia en España de nódulo tiroideo afecta aproximadamente al 4% de la población y suele aparecer entre los 30 y 50 años de edad y su incidencia aumenta con la edad. Habitualmente lo presenta una de cada 12-15 mujeres y uno de cada 40-50 varones, con una proporción de 8 a 1 en patología benigna y 2 a 1 en neoplásica. En la mitad de los casos, se trata de patología nodular única y entre un 85-90% de los casos se trata de un proceso benigno. La prevalencia del cáncer oscila entre el 10 y el 15%.
¿Cuándo consultar ?
Síntomas frecuentes son:
- Cambios de humor
- Alteración del sueño
- Nerviosismo
- Intolerancia al calor
- Latidos irregulares
- Diarrea
- Fatiga, dificultad respiratoria
- Problemas dermatológicos
- Cambios menstruales
- Temblor de manos
- Pérdida de peso o bocio (agrandamiento del cuello como si estuviera hinchado)
Diagnóstico de un nódulo en el tiroideo
En el proceso diagnóstico del nódulo tiroideo, son importantes los siguientes factores:
- Los antecedentes familiares tanto por historia de cáncer medular o papilar
- Los antecedentes personales con una irradiación cervical o torácica durante la infancia
- El sexo y la edad (aumento de incidencia en edades extremas)
- La velocidad de crecimiento, el número de nódulos palpables, su consistencia, fijación y a la aparición de adenopatías cervicales son determinantes a la hora de establecer un criterio clínico y terapéutico
Los datos de laboratorio, en concreto los anticuerpos antitirioglogulina y antimicrosomales, junto con la determinación de la calcitonina y del antígeno carcinoembrionario, también son factores añadidos a tener en cuenta.
Tipos de cirugía
Tiroidectomía total: es el tratamiento de elección del cáncer de tiroides. Consiste en la exéresis o extracción intencionalmente total de la glándula tiroides. Actualmente es el tratamiento inicial de elección en la mayor parte de pacientes ya que disminuye el riesgo de recidiva local. Se trata de la opción más clara, salvo quizá para tumores bien diferenciados de menos de 1 cm, en que puede haber cierto debate. Siempre se efectuará en todos aquellos casos considerados de alto riesgo por edad, tamaño tumoral, multifocalidad, tipo histológico, presencia de metástasis locales o a distancia o antecedente de irradiación cervical en la infancia.
Cervicoscopia: existen nuevas técnicas que son mínimamente invasivas y que se realizan a través de la cervicoscopia. El procedimiento es el siguiente: se identifica la lesión patológica, a extirpar a través de técnicas que identifican la hormona en sangre y otras pruebas que localizan el tejido, como la ecografía cervical y la gammagrafía. A través de una mínima incisión de unos 10 o 15 mm se introduce una cámara de 5 mm hasta la lesión y que ayuda a los cirujanos a realizar la operación, ya que permite visualizar los detalles de la zona a tratar a través de un monitor conectado a la cámara.
Desde nuestro equipo animamos a los pacientes a consultar cualquier duda relacionada con este tipo de trastorno.