Ya hemos alertado en otros artículos de los peligros de la excesiva ingesta nutricional que haremos en estas fechas tan señaladas. Por eso, siempre recomendamos ser más conscientes de lo que vamos a consumir y moderarnos lo más posible. Pero los expertos sabemos que en muchos casos las celebraciones nos hacen olvidar los consejos saludables y quién más y quien menos se dejará llevar por la tentación.

Así nuestra ingesta se verá incrementada por alimentos más ricos en grasas, azúcares y harinas refinadas, por no hablar del aumento del consumo de alcohol. Esto provoca que las toxinas aumenten en nuestro organismo y que nuestro hígado tenga que trabajar más para mantener la salud, a la par que notamos que nuestra salud digestiva se resiente: dolor de tripa, estreñimiento, hinchazón abdominal, acidez de estómago, retención de líquidos…

Comer menos cantidad

Por eso, al menos en los días en los que no haya un banquete navideño, insistimos en la necesidad de comer menos cantidad, lo que lograremos comiendo más despacio. Esto se debe a que la sensación de saciedad tarda aproximadamente unos 20 minutos en aparecer. Quiere decir esto que si comemos deprisa no llegaremos a sentirla hasta que sea demasiado tarde, cuando ya la ingesta hecha sea tan superior a la necesitada realmente que incluso nos sentiremos mal a causa del empacho.

Otro truco para lograr la ingesta correcta es comer en platos pequeños, porque en este caso es nuestra vista la que en cierto modo nos engaña. Vista una ración normal en un plato pequeño, nos parecerá más abundante, y esa sensación forma parte del proceso por el que nos sentimos saciados.

Si además a todo esto le añadimos el comer conscientemente, saboreando cada bocado y disfrutando de ello, lograremos sentirnos satisfechos y saciados con menos cantidad de comida. Por eso recomendamos, nada de comer frente al televisor, la pantalla del ordenador o de pie en una barra.

Consejos para desintoxicarse

Con todo, debemos saber decir adiós a los excesos hechos, algo que necesitaremos no solo para perder los posibles kilos ganados durante las fiestas, también para que nuestro organismo vuelva a estar saludable y a pleno rendimiento.

Por eso, los expertos aconsejamos las siguientes pautas:

Aumentar el consumo de frutas y verduras frescas, ricas en antioxidantes que nos ayudan a combatir los radicales libres. Es importante consumir verduras y hortalizas tanto en comidas, como en cenas, unas veces como plato principal, otras como guarnición indispensable de otros alimentos como el huevo, el pescado, la carne magra, las legumbres, etc.

En el caso de las frutas, es interesante añadirlas en desayunos, almuerzos de media mañana y meriendas, a poder ser acompañadas de frutos secos e incluso de algún lácteo como el yogur.

Incrementar la ingesta de agua que nos ayuda a depurar el organismo. En este caso, lo ideal es no esperar a tener sed, sino ir consumiendo vasos a lo largo de la jornada. Si a alguien no le gusta demasiado el agua, siempre puede aromatizarla con frutas, como una rodaja de limón o naranja. También se pueden alcanzar los 2,5 litros diarios con alguna que otra infusión, como el poleo, la manzanilla o el té verde.

Reducir al mínimo o prescindir del azúcar y la sal, para evitar una posible retención de líquidos y facilitar la circulación.

Hacer 5 comidas al día, para controlar la ansiedad y evitar picar entre horas. En el caso de saltarse alguna, mejor que sea el almuerzo de media mañana o la merienda, y desde luego nunca el desayuno, la comida más importante del día y la que nos brinda la energía para arrancar nuestra jornada. Las cenas, eso sí, siempre ligeras.

Siempre, volver a practicar ejercicio. Ahora que hay pistas de hielo podemos aprovechar para patinar, si es lo que nos gusta, si no caminar, correr, nadar, montar en bicicleta… son buenas estrategias para ayudar a nuestro organismo a ponerse en forma y además mejorar, entre otras, nuestra salud cardiovascular. Eso sí, siempre adaptando el deporte que hagamos a nuestras necesidades, edad y salud.

No obstante, y si lo que deseamos es comenzar una dieta depurativa, debemos antes consultar con nuestro médico, ya que algunas pueden estar contraindicadas si se padecen ciertas enfermedades como las hepáticas, renales o de corazón, o incluso interferir con la toma de la medicación. Además estas dietas siempre deben ser prescritas y seguidas por un experto en dietética y nutrición debidamente formado.