Cada año por estas fechas las Urgencias de los hospitales se ven colapsadas. El motivo, al menos uno de ellos y al que desde aquí podemos empezar a dar respuesta, es que se produce un pico de pacientes que acuden a ellas aquejados por el virus de la gripe, cuando no de un fuerte resfriado.

Existe falta de información y muchos pacientes no saben cuándo su patología debe ser atendida en un servicio de Urgencias o por su Médico de Cabecera. Este problema, porque se ha convertido en tal, les atañe tanto a los pacientes como a los médicos, de forma que se tendrían que hacer más campañas formativas que explicasen a los pacientes qué es y qué no es una Urgencia.

Bien es cierto que en muchos casos nos encontramos a personas que acuden a las Urgencias hospitalarias mal aconsejadas por terceros que les dijeron que así podrían conseguir una cita médica de un modo más rápido, o incluso adelantar una que ya tuvieran. Desde aquí querría decirles que no es así, acudiendo a Urgencias para este tipo de cosas solo entorpecen un servicio que está destinado a personas que de verdad necesitan ser vistos, diagnosticados y tratados inmediatamente por un médico, dada la severidad de su caso.

No trato en modo alguno de culpabilizar a los pacientes, no se me ocurriría, solo creo que deberían ser bien informados sobre cómo funcionan y en qué casos no se debería acudir a un servicio de Urgencias. Por supuesto, no dudo de que muchos ante la menor sombra de duda de si lo que les sucede a ellos o a sus familiares es grave preferirán no esperar al día siguiente. Lo entiendo perfectamente y creo que ante la duda es lo que se debe hacer.

Las Urgencias no son para la gripe

Para comenzar esta labor divulgativa, al menos para aportar mi granito de arena, he creído conveniente escribir este post. Un pequeñísimo paso en la construcción de una mejora de la educación en salud de la población.

Es curioso como los pacientes más graves saben hacer un buen uso de las Urgencias, desgraciadamente porque en muchas ocasiones son los que más las frecuentan. Pero, ¿qué sucede con los pacientes puntuales?

En estos casos, hay que saber que las Urgencias no están para personas que solo padecen un resfriado o una gripe, ya que estos se curan de forma espontánea y, si visitamos a un doctor, debería ser a nuestro médico de cabecera. Otra cosa es que la persona pertenezca a uno de los grupos de riesgo, en los que se recomienda la vacuna antigripal, o tenga síntomas como insuficiencia respiratoria, fatiga al caminar, bronquios cerrados, etc.

Muchas veces solo necesitamos pensar las cosas con calma y sopesar la situación y los síntomas que padecemos. Igual que sabemos que ciertos dolores no son preocupantes, sabemos que ciertos síntomas requieren de una visita inmediata a Urgencias: un fuerte dolor en el pecho, dificultad para hablar, entumecimiento de la cara o una parte del cuerpo, pérdida de equilibrio… Con todo, y como hemos dicho, ante la duda sigue siendo mejor acudir a las Urgencias, pese a quien pese.

El Triaje

Otro de los problemas en Urgencias son las quejas porque muchas veces los pacientes deben esperar mientras otros, que llegaron posteriormente, son atendidos antes. Esto se debe a lo que llamamos ‘Triaje de Urgencias’.

Este proceso de valoración clínica previo ordena a los pacientes según su grado de urgencia. Así en una situación de saturación, los más urgentes son tratados primero mientras que los demás son revaluados hasta que los pueda visitar un equipo médico. Y este punto de la revaluación es importante, y de él se ha hablado a raíz de la muerte de un paciente que sufrió un ictus y pasó desapercibido en la sala de espera de un hospital. Por ello, en las salas de espera debería haber personal especializado que velara por la evolución de estos pacientes y notificara al médico en el momento en que fuera preciso.

Para acabar, una curiosidad sobre el Triaje: esta práctica fue utilizada por vez primera por el barón Dominique-Jean Larrey, médico cirujano militar, jefe de los servicios sanitarios del ejército de Napoleón, que comenzó a utilizarlo como un sistema de clasificación para tratar a los heridos en el campo de batalla. Un gran avance.