Implantes de Reservorios Venosos

Desde el siglo XVII se viene administrando medicación intravenosa mediante sistemas más o menos sofisticados, pero es a partir del siglo XX cuando aparecen los catéteres. En 1973, Broviac desarrolla un catéter de tipo tunelizado y es Hickman quien perfecciona dicho catéter para la infusión permanente de fármacos.

Los sistemas de Reservorio Venoso Subcutáneo (RVS) se denominan sistemas implantables para acceso venoso porque se colocan debajo de la piel.

Es un catéter central interno, de silicona. Suele ser más apropiado para niños y enfermos con medicaciones distanciadas intermitentes. Consta de un dispositivo que proporciona acceso permanente, es decir, permite el acceso repetido al sistema vascular.

El catéter consta de tres piezas

Portal: es una pequeña cámara sellada en la parte superior con un septum de silicona autosellante. Es radiopaco y fabricado normalmente en titanio, por su excelente aceptación, de acero inoxidable o de polioximetileno. Puede ser de una o dos cámaras, esta última opción es posible para la administración de medicamentos incompatibles entre sí. También pueden ser de alto o bajo perfil, que se caracterizan por tener mayor o menor grosor.

Catéter: tubo fino y flexible, el cual se implanta en el sistema circulatorio. Se buscan materiales de baja trombogenicidad, suelen ser de silicona o de poliuretano.

Conector: componente que conecta el catéter con el portal

Ventajas de la implantación de un Reservorio Venoso

  • Mejora el aspecto físico del paciente, ya que no se ve alterada la imagen corporal y disminuye el sufrimiento del mismo.
  • Menor dolor en pacientes con necesidad de inyecciones periódicas.
  • Disponibilidad de una vía venosa permanente.
  • Fácil colocación, manejo simple
  • Permite administrar fármacos agresivos con menor riesgo (anestésicos, antibióticos, quimioterápicos…)
  • Permite introducir medios de contraste.
  • Permite realizar determinadas analíticas y medición de fenómenos físicos como la Presión venosa Central P.V.C
  • Permite estudios bacteriológicos hemocultivos
  • Utilidad en cuidados paliativos.
  • Reduce el riesgo de infección con lo que requiere sólo unos cuidados mínimos
  • Facilita el tratamiento ambulatorio.

Cuándo está indicado el implante de un Reservorio Venoso

La colocación de un Reservorio Venoso Subcutáneo (RVS) se recomienda a:
  • Todo paciente que requiere un acceso vascular repetido o continuo para la administración de quimioterapia, sangre o derivados u otros medicamentos.
  • En tratamientos con quimioterapia, transfusiones y extracciones repetidas y que presentan malas vías periféricas, en tratamientos con antibióticos sin signos de bacterias ni sepsis, nutrición parenteral prolongada en el tiempo y para hemodiálisis.
La indicación sería prescrita por el oncólogo, hematólogo o medico responsable del proceso

Cirugía para la implantación de Reservorios Venosos. La punción percutánea

La mejor solución con menor incidencia de complicaciones clínicas y de trombosis venosa subclínica es la punción percutánea, usando la técnica de Seldinger, de la vena subclavia. La técnica de Seldinger consiste en la punción directa vascular u orgánica, mediante una aguja seguida de la colocación de una guía en el interior de la aguja, entonces esta se extrae dejando la guía dentro del vaso u órgano a puncionar lo que disminuye el sangrado y al mismo tiempo facilita la colocación del catéter.

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