La reducción de la mortalidad por Cáncer Colorrectal en individuos cribados llega hasta cerca del 20%
En el Día Mundial del Cáncer de Colon es importante destacar que en las últimas décadas existe una evidencia de que a pesar de los avances tecnológicos, el tratamiento del Cáncer Colorrectal (CCR) no mejora en sus resultados, se ha ido extendiendo la convicción de que para mejorar su pronóstico, calidad de vida y expectativas de supervivencia es fundamental su detección precoz.
Se sabe que frecuentemente estas lesiones malignas de colon y recto, antes de serlo, fueron previamente, y durante algunos años, tumores benignos conocidos con el nombre de pólipos. Si se pudieran diagnosticar estos pólipos antes de su evolución maligna o diagnosticar el cáncer en sus inicios, se podrían tratar adecuadamente, elevando los porcentajes de supervivencia hasta más del 95%. Además, el diagnóstico precoz de estas lesiones permitiría en muchos casos extirparlas sin necesidad de intervención quirúrgica, gracias a las técnicas de resección endoscópica.
De ahí la importancia del cribado de la población, aplicando una prueba o test que tenga como finalidad detectar la enfermedad o la condición de una persona sin síntomas, a padecerlo, con el objetivo de reducir la morbilidad y la mortalidad.
El cáncer colorrectal cumple las condiciones para la aplicación de un cribado:
1.- representa un problema sanitario importante: es la segunda causa de mortalidad por cáncer, tanto en hombre como mujeres.
2.- las lesiones localizadas son curables a través de tratamiento quirúrgico.
3.- es una enfermedad grave que año tras año aumenta su mortalidad.
4.- es probable que en un futuro cercano, las técnicas de biología molecular nos ayudarán a la detección de la predisposición genética. Por ello, probablemente serán la base en el diseño de los futuros programas del Cáncer Colorrectal.
El cribado. Tres técnicas eficaces
Para este cribado se realizan las siguientes pruebas:
- Tacto rectal (TR).
- Detección de sangre oculta en heces.
- Recto-sigmoidoscopia.
Tacto rectal: exploración tan antigua que no necesita de estudios que avalen su efectividad. No obstante, solo el 10% de los CCR aparecen a los 7-10 cm del ano.
Detección de sangre oculta en heces. Un individuo en situación normal pierde diariamente de 0 a 2.5 ml de sangre en el tubo gastrointestinal, por lo que parece razonable utilizar una prueba que empiece a ser positiva con una pérdida de sangre mayor de 5 a 10 ml por día.
¿Cómo debo prepararme para la prueba?
En los días previos a la realización de esta prueba, con objeto de reducir los falsos positivos, es importante realizar una dieta en la que se eviten tanto las carnes rojas como blancas, los pescados, los vegetales crudos y las frutas. Se recomienda, de forma generalizada, de una dieta rica en Residuos previa al test.
Algunos fármacos como la aspirina, la vitamina C y la cimetidina pueden influir en la sensibilidad de la prueba.
Recto-sigmoidoscopia: puede detectar un número razonable de cánceres rectales y sigmoideos.
Hoy se recomienda la exploración rectal digital anual en todos los adultos a partir de los 40 años, una detección de hemorragia oculta en heces, anual desde los 50 años; y una rectosigmoidoscopia cada 3 a 5 años.